martes, 19 de enero de 2010

Ruben Blades en URUGUAY

Luego de servir a su país como Ministro de Turismo durante los últimos 5 años, Rubén Blades, retornó a la música el pasado 21 de agosto presentando la gira mundial “Todos Vuelven” para celebrar los 25 años del álbum “Buscando América” y la internacionalización de la música del Caribe a través del grupo “Seis del Solar”.

Con excelentes críticas a sus shows, la primera parte de su gira de 12 presentaciones abarcó Puerto Rico (2), México (2), Perú, Venezuela (4), Buenos Aires, Miami, Nueva York y culminó el 7 de diciembre en su Panamá natal. En 2010, sus conciertos comenzarán nuevamente en Puerto Rico, para llegar luego a Colombia, Chile y Uruguay. Desde junio la gira continuará en Europa. Se prevé grabar un CD conmemorativo y un DVD en vivo.

Blades, volvió a reunir a su antiguo grupo “Seis del Solar” con el que inició una de las etapas más fructíferas y libres de su carrera musical en los 80's, y por lo cual considera que se debe “cerrar un ciclo” que estuvo marcado por el éxito.

Esta unión junto a la lírica de Blades dio como resultado la incursión en nuevos mercados para la música latina y el reconocimiento mundial. El mayor destaque estuvo marcado por modernos arreglos musicales donde se sustituyó la típica sección de vientos por sintetizadores y a la clásica percusión latina se le incorporó la batería, dándole una sonoridad con elementos de jazz y de rock.

El primer fruto de ese encuentro fue el disco, “Buscando América” en 1984, en el que destacan los clásicos "Decisiones", “Desapariciones” y "El Padre Antonio y su Monaguillo Andrés". La prestigiosa revista “Time” lo seleccionó como uno de los mejores álbumes del año.

En 1985 grabó “Escenas”, con el que recibiría su primer premio Grammy. En 1987 le siguió “Agua de luna”, basado en la musicalización que Rubén realizara a la interpretacón personal de textos cortos de Gabriel García Márquez. Al año siguiente se editaría “Nothing but the Truth” (Nada más que la Verdad), totalmente en inglés y mucho contenido político, con aportes de Lou Reed y Elvis Costello.

Para fines de 1988, el nombre del grupo cambiaría a “Son del Solar”, marcando el regreso a los metales con el disco “Antecedente”, con el que obtiene por segunda vez el galardón más importante de la industria músical, y en 1991 graba “Caminando”, otro disco de excepción. Esta etapa con Son del Solar se cierra en 1992 con “Amor y Control”, disco mix de ambas sonoridades.

En 1996 con un sonido más clásico y con músicos panameños graba “La Rosa de los Vientos”, donde se incluyen 15 composiciones de autores panameños; el tema 16 que cierra el disco fue su versión en tiempo de candombe de “Amándote” de Jaime Roos, grabado en Nueva York con la cuerda de tambores liderada por Hugo Fattoruso. Obtendría su tercer Grammy como artista del Año.

En su afán de innovar, experimenta nuevos caminos con la base del grupo de música clásica de Costa Rica “Éditus”, grabando en 1999 “Tiempos” y en 2002 “Mundo”. Ambos distantes del sonido clásico de la salsa pero de altísima calidad musical son premiados con 3 Grammys.

Retorna a la salsa participando en 2004 de la grabación del disco “Across 110th Street con la agrupación “Spanish Harlem Orchestra” que dirige el galardonado pianista del original Seis del Solar, Oscar Hernández. Con ellos obtiene su Séptimo Grammy.

En agosto de 2009 lanzó su más reciente producción, “Cantares del Subdesarrollo”, grabado en 4 canales en el garage de su casa de Los Ángeles por él y Walter Flores, el que se vende exclusivamente por Internet en su sitio www.rubenblades.com. El mismo es un homenaje al pueblo y al son de Cuba, y a la memoria de 3 grandes músicos amigos puertorriqueños, Ismael Rivera, Ray Barreto y Curet Alonso.

Los conciertos del presente Tour “Todos Vuelven” cuentan con una integración tecnológica de modernos sistemas de video donde se presenta al público una recopilación de imágenes relacionadas con la realidad de la América presente y sus cambios en las últimas 3 décadas.

Otro aditivo para el público es que verá a Seis del Solar en varias oportunidades incorporar los trombones para convertir la banda en Son del Solar, y así evocar el 30 aniversario de “Siembra”, el disco más vendido en la historia del género de salsa, interpretando temas como Plástico, Pedro Navaja, Buscando Guayaba, y otros grandes éxitos de su muy productiva trayectoria como Maestra Vida, Pablo Pueblo y Plantación Adentro, de la época con Willie Colón, entre otros.

La experiencia adquirida a lo largo de estos últimos 25 años pondrá en escena a una de las bandas más compenetradas e innovadoras que ha existido en la historia de la salsa acompañando a uno de los vocalistas y compositores más exitosos, referente de la música latina contemporánea.

Destacado en la música como en el mejor cine de Hollywood e independiente (participación en 30 películas), abogado (1974) con post grado en Harvard en Ciencias Políticas (1985), candidato a la Presidencia de Panamá (1994), Embajador Contra el Racismo por las Naciones Unidas (2003), Rubén Blades con 8 Grammys (en noviembre 2009 sumó el más reciente junto a “Calle 13”), completará su gira 2009-2010 por nuestro continente con una muy anhelada presentación en Uruguay, la noche del 22 de abril en el Velódromo Municipal de Montevideo.

Como en 1983 junto a Seis del Solar en el Palacio Peñarol, y en 1992 junto a Son del Solar en el Estadio Franzini, Montevideo recibirá a Rubén Blades con los oídos, los ojos y las mentes abiertas, esas que su música y composiciones ayudaron a mantener atentas por una América Latina despierta, unida y en paz.

Los boletos para este histórico concierto, en el que Rubén Blades recibirá la distinción de la Intendencia capitalina de “Visitante Ilustre de Montevideo”, se pondrán en venta el viernes 22 de enero en los 450 locales ABITAB de todo el país con la financiación de tarjetas VISA.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Filme sobre vida de Lennon

Se estrenó en el Reino Unido Nowhere Boy, la película que narra la vida del desaparecido artista hasta el momento en que conoce a Paul McCartney. La película Nowhere Boy, dirigida por San Taylor-Wood, se encarga de contar la infancia y adolescencia de John Lennon.

El filme está centrado en la vida familiar en Liverpool de los años 50 y la historia previa a su vida como integrante de The Beatles. La única canción del grupo que forma parte de la banda sonora es A Hard Day’s Night.

Lennon es interpretado por Aaron Johnson. El elenco se complementa con Scott Thomas, quien le da vida a Mimi Smith, tía del cantante, mujer con la que el joven vivió gran parte de su infancia en los suburbios de Liverpool, donde además conoció a Paul McCartney, interpretado por Thomas Sangster.

La película hace foco en la trágica vida de la madre de John, Julia (Anne-Marie Duff), que falleció tras ser atropellada por un policía ebrio cuando Lennon tenía 17 años, hecho que el artista jamás logró superar.
Fuente: Espectador.com

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Mónica Navarro: sabor a mí

En San José saboreó de antemano su nuevo disco

Sonriente como siempre. Contagiando su entusiasmo como toda la vida. Así bajó Mónica del escenario tras la prueba de sonido y si no la conociera diría que es una artista que está a punto de debutar. Conociéndola, sé muy bien que para ella cada actuación tiene la excitación y adrenalina del primer show.

Por Diego Sebastián Maga
Esta nueva experiencia excitante está por ocurrir en San José. En la “Semana del Tango”.
Mónica Navarro (quien estuvo en la primera edición, allá por el 2007) acaba de probar sonido en Plaza Artigas.
Durante la prueba, fue y vino del escenario -entre sus músicos- con la inquietud de una debutante.
Aunque esta hiperactividad escénica es más bien la actitud de una artista atenta a todos los detalles. Con el nerviosismo y la adrenalina de quien siente a la música como un tesoro. Un tesoro que cuidar.
Quizás por ello, la inquietud. Los tangos que interpretará “valen oro” y –técnicamente- deben brillar como nunca.
En ese zigzagueo entre instrumentos y cables pateó sin querer una guitarra. La levantó. Pidió disculpas. Cantó un poco frente al micro para el sonidista. Pegó un piquecito hasta el “detrás de escena” para saludarme y disculparse porque aún no podía charlar. Al rato bajó de las tablas para saludar a una fan. Volvió a subir. Y así sucesivamente. Cuando se detuvo un segundo para respirar, llegó la entrevista.
Anoche, más entusiasmada que nadie por el show que protagonizaría en minutos, alternó sonrisas con palabras y confesó su nueva pasión por “saborear” las letras de las canciones...

Si bien este año tocaste mucho en vivo, la gran pregunta pasa por saber cuándo volvés a grabar. ¿Qué tan lejos o cerca estás de editar tu segundo disco?
“Si todo sale bien para la segunda quincena de febrero o marzo estaremos grabando el segundo disco. Lo tenemos bastante armado, incluso, hoy vamos a estrenar algunas canciones.”

¿Por dónde vas a encarar el repertorio? ¿Pensás traer nuevamente canciones del pop y el rock a la estética tanguera o te vas a remitir exclusivamente a los clásicos del género?
“La idea es que el ancla siempre sea el tango sin que esto implique una limitación a la hora de elegir. Si descubrimos una canción de otro género que nos conmueve la vamos a hacer igual. La selección del repertorio va más allá de que un tema sea más o menos tango que otro.”

¿Y fuera de los límites del tango, con qué géneros estuvieron experimentando?
“En este nuevo disco vamos a tener elementos que tienen que ver más con el folclore. Realmente, en el cancionero folclórico encontramos cosas hermosas. Una con los años se va poniendo más saboreadora de los textos bonitos y allí los hay. Por eso, estamos buscando dentro de la música latinoamericana.”

Cuando decís música latinoamericana, ¿qué autores se te vienen a la mente?
“Por ejemplo, Homero Manzi. Fito Páez es otro autor que vamos a reversionar. De él nos había quedado colgado un tema del disco anterior y la verdad es que está quedando ¡buenísimo!” (Se entusiasma y sonríe)

“Paquetito de tangos” (su debut solista y primera experiencia discográfica tras abandonar “La Tabaré) fue grabado en vivo, ¿este nuevo disco va a ser de estudio o en directo?
“Te diría que una combinación de ambas cosas. Va a ser un disco de estudio casi en vivo. La única diferencia con el anterior es que no va a tener público pero después el concepto es grabar juntos (con los músicos) todas las canciones. Contamos 1, 2, 3, 4 y arrancamos. Queremos aprovechar el conocimiento que tenemos entre nosotros. Esta formación viene tocando desde hace mucho y es ahí donde sentimos que tenemos buena carne.”

martes, 8 de diciembre de 2009

La bestia pop

Gustavo Cerati sacudió a Montevideo

Históricamente, Gustavo Cerati fue fiel a sus convicciones artísticas. Retroceder nunca. Avanzar siempre. Pese a la incertidumbre que trae todo lo nuevo. Y a la inseguridad que da el desprenderse del confortable éxito comercial.

Por Diego Sebastián Maga
Cerati abandonó sus glorias pasadas (con “Sosa Stereo”) para reinventarse. Renunció a la cima para seguir escalando. Aún a riesgo de caer y tocar fondo. Pero para un artista no hay movimiento sin riesgo. Y él arriesgó. Renunció al “confort” del “mito Soda” para lanzarse a la aventura de una carrera solista.
Así pues, vació sus valijas de “ayer” para cargarlas de “hoy”.
Cerati largó su viaje en solitario allá por 1999. Cuando muchos vaticinaban el fin del mundo, Cerati prefirió inventarse un “principio”. Escribir el “capítulo uno” de su nueva historia.
Y como todo tiene un precio, su intento por evitar el estancamiento creativo implicó renunciar a la masividad monstruosa de sus tiempos de “sodamanía”.
A partir de entonces, Cerati fue un hombre libre de la leyenda de “Soda”, que se desafió a sí mismo y a su público. Que se puso a prueba. Que, como en sus orígenes, tuvo que volver a demostrar. Convencer a quienes pretendían que “retrocediera”. Es decir, que siguiera cantando eternamente “De música ligera”.
El se opuso, y como canta en su último disco, “Nada importa más que hacer el recorrido”. Una frase que calza a la perfección para definir a un artista que vive en tránsito. Un artista nómade.
Será por eso que ninguno de sus álbumes se parece. Todos van en direcciones distintas. Por las geografías de la electrónica, el folk, la música clásica, la psicodelia, el country, el folclore regional, el rock anglo o la interacción de todas estas texturas en una misma obra.
Estas expediciones por campos sonoros tan diversos, trajeron discos como “Bocanada”, “11 episodios sinfónicos”, “Siempre es hoy” o “Ahí vamos”. Un cancionero asombrosamente ecléctico que estuvo presente en la segunda mitad del show en Montevideo.
Cerati dedicó el “primer acto” a tocar las canciones de su flamante álbum “Fuerza natural”. En ese tramo pasaron canciones como “Déjà vu”, “Rapto”, “He visto a Lucy” y otras tantas, que -por nuevas- recién están siendo descubiertas por la gente.
El “segundo acto” fue celebrado unánimemente gracias a una sucesión de clásicos infalibles que el artista trajo al mundo –en su mayoría- durante el Siglo XXI.
El más viejo de esta lista fue “Te llevo para que me lleves” (que formó parte de su debut discográfico como solista, “Amor amarillo”, que se editó cuando “Soda” aún no se había disuelto).
Luego, desde “Bocanada” (un álbum con predominancia de “música electrónica”) llegó “Puente”. Más tarde, desde “Siempre es hoy” (CD que consigue un sutil equilibrio entre tecnología “doble clic” y “tracción sangre”) vino “Cosas imposibles”.
Escala previa a escuchar las canciones que forman parte de uno de los mejores discos latinos de la década y de su carrera solista: “Ahí vamos” (producción en la que abandonó el “refinamiento pop” para volverse “rápido y furioso”, en un heroico disco de rock sacudido por poderosas guitarras y atravesado por un par de baladas memorables). A esta altura del concierto, sonaron “La excepción”, “Crimen” y “Adiós”. Mientras que en sincronía con la lluvia que comenzó a caer en Montevideo, sonó “Lago en el cielo”.
Temazos de su repertorio potenciados por una banda sobresaliente formada –entre otros- por el baterista Fernando Samalea (ex Charly García), la vocalista Anita Álvarez de Toledo (ex Fito Páez) y Richard Coleman (ex “Soda Stereo”).
En el show del sábado, Cerati habló lo justo. Bromeó con que las “fuerzas naturales” jugaban a nuestro favor cuando -pese a los nubarrones negros- no llovía. Después bromeó cuando algunos paraguas se abrieron en la multitud.
Recordó con admiración a la desaparecida Mercedes Sosa. Reconoció su fanatismo por Spinetta (por si hacía falta) y contó que la noche anterior (la del viernes) había tocado con “El Flaco” en su recital aniversario ante 40 mil personas en Buenos Aires.
Ah, y probó -por primera vez- un trago de grapamiel… Y se ve que le gustó porque hubo trago dos y tres…
El recital –que comenzó 21:45- terminó más allá de la medianoche. Tras bajarse del escenario, seguro Cerati tomó el equipaje y salió en busca de nuevos rumbos… Otros caminos… Esos caminos que verá pasar por debajo de la suela de sus zapatos… Y –mejor aún- esos caminos que aún le quedan por recorrer dentro de su cabeza.

Puesta en escena

De los tímpanos a las retinas

El recital no sólo fue confeccionado para sorprender a los oídos sino a los ojos. El encantamiento auditivo estuvo asociado al visual gracias a una “puesta en escena” deslumbrante. Los “video clips” creados (en tiempo real) en las pantallas gigantes, los juegos de luces de última generación y los cortinados, completaron la visión de un show de porte internacional. Sumamente profesional.
La primera mitad del concierto (en la que presentó el nuevo disco) fue de luces tenues, cortinas, sombras, tonos azulados y –en ocasiones- cientos de lucecitas de un rojo intenso cubriendo el cuerpo de los músicos.
La segunda parte (la de los clásicos) llegó con un cambio de vestuario. Todos los componentes de la banda, incluido Cerati, salieron a tocar vestidos completamente de blanco.
Y aquí sí, una bola de espejos comenzó a girar y las cientos de esferas que cubrían la parte superior y trasera del escenario (y que habían estado inactivos), entraron en acción, se iluminaron y le dieron al escenario infinidad de coloraturas. Una según la canción o la intensidad de la misma. Multiplicando asombros, tanto en las retinas como en los tímpanos.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Gustavo Cerati y su "Fuerza Natural"

En septiembre de este año se editó el quinto álbum solista de Gustavo Cerati que en una semana se posicionó como número uno en ventas en Argentina, México, Colombia y Chile.

“Fuerza Natural” es mucho más que un disco. Es un viaje emocionante. Una sucesión de historias rodeadas por la magia del folk, la vibración del pop, el poderío del rock, la manipulación electrónica, el color de la psicodelia y la calidez de los sonidos acústicos.

En “Fuerza Natural”, Gustavo Cerati resume su trayectoria y propone nuevos recorridos, planteando en su trayecto diversos matices, climas y estados de ánimo.

A lo largo de los 13 temas que componen este álbum, Cerati da rienda a su lírica y a todo su poder compositivo, en lo que él mismo considera es su “disco más libre”. La definición de “álbum” justamente aplica en este nuevo trabajo como un concepto absoluto. El disco concebido como una pieza artística, tal y como lo entendieron aquellos artistas de fines de los ’60 que, de algún modo, inspiraron este trabajo.

Los temas que lo integran son: Fuerza Natural; Déjà vu; Magia; Amor sin Rodeos; Tracción a Sangre; Desastre; Cactus; Rapto; Naturaleza Muerta; Dominó; Sal; Convoy y He Visto a Lucy.

“Fuerza Natural” es el quinto álbum de estudio de Gustavo Cerati. Producido por el mismo Gustavo y co-producido por Héctor Castillo, el disco fue grabado y mezclado entre diciembre de 2008 y junio de 2009 en Unísono. Contó con grabaciones adicionales en los estudios Stratosphere Sound y Looking Glass de Nueva York.

La masterización estuvo a cargo de Greg Calbi en Sterling Sound y el arte de tapa fue creado por Rock Instrument Bureau.

En la grabación del disco participaron los músicos: Leandro Fresco (coros y programación adicional), Fernando Nalé (bajo), Fernando Samalea (batería y percusión), Gonzalo Córdoba (guitarras), "Bolsa" González (batería) y Anita Álvarez de Toledo (coros). También colaboraron Lucas Martí (batería Simmons), Richard Coleman (guitarra) y Alejandro Terán (Saxo). En Nueva York grabaron Sterling Campbell en batería, Byron Isaacs en lap steel y bajo, Didi Gutman en teclados y Glenn Patscha en piano y órgano.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Loquillo nuevo disco ROCK & ROLL STAR 30 AÑOS

A José María Sanz (Barcelona, 1960), el mundo lo conoce como Loquillo –o como el Loco– desde que a finales de 1980 entrara a un estudio de grabación para registrar el que fue su primer álbum (Los tiempos están cambiando), que editado un año después serviría para situar a su autor en el mapa musical español, no sólo por sus dos metros de altura y el impresionante tupé, sino por esas urgentes canciones que tirando del rock and roll clásico se encontraban con el punk y el rock contemporáneo. Pero sería con su siguiente trabajo, El ritmo del garage (1983), primer largo junto a su grupo, Trogloditas, cuando Loquillo, en plena explosión de la llamada Movida Madrileña, marcaría un punto y aparte: Lo suyo era rock de primera y aquel muchacho que lideraba a una banda de salvajes había llegado a esto del rock para quedarse. Canciones como "Cadillac solitario" o "El ritmo del garage" comenzaron a trazar la leyenda mientras se fijaban en la memoria colectiva.

En años sucesivos, Loquillo grabaría obras esenciales como Mis problemas con las mujeres (1987) o Morir en primavera (1988), o ese directo imprescindible que fue ¡A por ellos... que son pocos y cobardes! (1989). Loquillo y sus Trogloditas, en lo más alto de su carrera, siendo la principal banda del rock español y viviendo en la carretera, no se conformaron con lo obtenido y siguieron adelante con el apoyo de compositores de tanto talento como Gabriel Sopeña, con el que Loquillo buscaría nuevas miradas literarias y musicales, aproximándose incluso al country en obras maestras como Mientras respiremos (1993).

Sin duda, el chico de barrio –siempre ha llevado con orgullo serlo, concretamente del Clot– había crecido, quería probar nuevas cosas, ya había coqueteado con el jazz, con el country y probaría otras fórmulas musicales en los conocidos como discos de poetas, los inmensos La vida por delante (1994) y Con elegancia (1998), grabados sin los Trogloditas, un grupo que comenzaba a quedarle pequeño, pero que en escena, con uno de los mejores directos del rock ibérico, seguían siendo un torbellino, una máquina imparable.En el nuevo siglo, al Loco, un personaje popular pero en ocasiones incómodo por sus fuertes declaraciones sobre la sociedad, la política o la música española, las cosas en lo discográfico no le van muy bien, graba excelentes discos, pero cada uno sale en un sello diferente. Se refugia en músicos como Igor Paskual o el histórico productor y guitarrista Jaime Stinus, que rediseña el sonido de la banda y factura obras impecables –Cuero español (2000), Feo, fuerte y formal (2001), Arte y ensayo (2004), Mujeres en pie de guerra (2004)– mientras los Trogloditas se extinguen en disco con el lujoso directo Hermanos de sangre (2006) y en escena en el último concierto que ofrecen abriendo para la gira española de los Rolling Stones de 2007. Entonces, Loquillo, ya sin el lastre de verse atado a un sonido de grupo, y con Stinus en la producción, idea el que para muchos es el mejor disco que ha grabado nunca, Balmoral (2008). Obra cumbre cuyo lanzamiento festejan público y crítica.

Loquillo, treinta años después de haber dado comienzo a su carrera, maduro y sereno, es una de las leyendas mayores del rock español, una de las más sólidas y rotundas. En el viaje que le ha llevado hasta aquí lo hemos visto crecer como persona y como artista a cada paso que daba. Inquieto y ajeno a los estados acomodaticios se ha reinventado en diversas ocasiones, ha peleado duro por defender su lugar en los tiempos más difíciles y no ha bajado ni por un momento el listón de la calidad en su extensa obra. Ahora vive sus mejores días y todavía tiene mucho por ofrecer.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Canciones sin fecha de vencimiento

“El Cuarteto de Nos” cerró la “Feria del Libro” ante una multitud multigeneracional

“Antes, éramos jóvenes que tocábamos vestidos de viejas. Hoy, somos viejos que se visten de jóvenes”, dijo con humor Roberto Musso. Más allá de las bromas y los años, queda claro que el “Cuarteto” sigue reinventándose, renovando su público y tocando canciones que no fueron hechas para envejecer.

Por Diego Sebastián Maga
El “Cuarteto” llegó a San José convertido en “El Quinteto de Nos”. Los maragatos asistieron a uno de los tantos cambios sustanciales que experimentó la banda más graciosa e irónica del rock nacional.
En principio, los “cuarteteros” tuvieron la deserción de uno de sus fundadores: Riki Musso. El guitarrista histórico y hermano de Roberto, se tomó un recreo (por tiempo indeterminado) tras la grabación de la última producción discográfica: “Bipolar”. Con este sacudón interno (cabe recordar que –hasta ese momento- nunca habían modificado su formación original), el ahora trío salió a buscar reemplazo y en vez de conseguir un sustituto sumaron dos componentes. Esta promoción “2 x1” trajo a Gustavo “Topo” Antuña (“Buenos Muchachos”) para hacerse cargo de las seis cuerdas y a Santiago Maerro para agregar teclas.
Así fue como “un cuarteto de cinco” hizo escala en la ciudad para bajarle el telón a la “Cuarte Feria del Libro”. El domingo, con tecladista y violero nuevos, los “cuarteteros” salieron a escena para poner en acción otra reinvención. Una de tantas ¡y van!... Es que, el concepto de “reinvención” aplicado al “Cuarteto de Nos” no es caprichoso. Si hay un grupo que sabe de “reinvenciones” es este.
Con más de 25 años en la ruta, han ido acumulando generaciones a su legión de seguidores. Actualmente, arrastran a padres e hijos y sospecho que también algún abuelo. Los fans que ganaron en los ochenta y noventa con clásicos como “El primer Oriental desertor” y “Será solo un rumor” y los que llegaron en el Siglo XXI con la edición de esa colección de éxitos que se llamó “Raro”.
Una vez más, una multitud los fue a ver (como en sus primeros toques en el Club San José) aunque en la actualidad la amplitud del público es otra.
Aún me sorprende ver como las edades disminuyen según te vas acercando al escenario. En el fondo estuvieron los cuarentones (más bien quietos y de brazos cruzados); más al medio los de treinta y pico (siguiendo el ritmo de las canciones con el piecito); más adelante los veinteañeros (bailando de a ratos); contra el vallado los adolescentes (saltando sin parar) y en un extremo –lejos del agite- niños de entre 7 y 10 años (tan copados como el piberío agitador).
Con este panorama multigeneracional cubriendo la Plaza 33, el líder, Roberto Musso, no pudo resistirse y se burló de su condición de “jobato” pero sin intenciones de jubilarse: “¿se acuerdan cómo veníamos a tocar a San José en otros tiempos?... Éramos jóvenes que tocábamos vestidos de viejas. Hoy, somos viejos que se visten de jóvenes”.
Acto seguido, entregaron una sucesión de canciones que no se salteó ninguna década de este desopilante periplo “rocker”.
El show se abrió con la intensísima versión de “Mírenme”: “Mírenme, sé que soy el mejor. / Mírenme, quiéranme, tóquenme; soy yo (…) Que obvio, tu cerebro es como el de un microbio. / Tu cuerpo ansía / la travesía de otro día idiota / si no se nota tu presencia es otra derrota (…) Será ese trauma / que te incita a mostrarte (…) Rey de la disco / bailando sin miedo a romperte un menisco. / De tanto mirarte todo el mundo va a quedarse bizco / y hasta el obelisco se está arrodillando / y la vas gozando / como un evasor del fisco. / ¿Qué pensás? / ¿Qué la fiesta termina cuando vos te vas? / Tu neurona es analfabeta, bobeta. / Enchufate otra anfeta, careta, / para dejar de comer, kilos perder y hacerte ver…” Arrasador tema con destino de hit (con vértigo y fraseo de “hip hop”), que forma parte del reciente álbum que calentó los motores para atravesar otras novedades como “Miguel gritar” y arremeter con una serie de temas infalibles como “Hay que comer”; “Pobre Papá” (“himno a la vagancia” interpretado por el inefable Santiago Tavella, que concluyó su “espectáculo personal” como un discípulo decadente del Sr. Miyagi, intentando hacer “La Grulla”); “Ya no sé que hacer conmigo”, “Yendo a la casa de Damián” e “Invierno del 92” (todas cantadas a coro).
En los bises, el reloj volvió al pasado para rescatar del cancionero clásico a “El día que Artigas se emborrachó” y “Bo, cartero”.
Sobre la medianoche, me fui con la certeza de que los “cuarteteros” tienen menos pelo y más años pero las canciones no se dan por enteradas. Estas canciones no envejecen nunca. Siguen tan pendejitas, irreverentes, cínicas y cómicas como toda la vida.